lunes, 4 de noviembre de 2013

El "Libro de los Insectos" de Utamaro

Hace un tiempo ya, traduje al español un texto del investigador John Carpenter sobre los procesos de digitalización en las humanidades, en específico el arte japonés, donde comentaba sobre el proyecto digital de las colecciones del Museo Fitzwilliam en Cambridge. Para ilustrar el trabajo con esta colección, él utiliza varios ejemplos del libro de Kitagawa Utamaro Ehon mushi erami (El libro de las criaturas rastreras), publicado en 1788 por el editor Tsutaya Jūzaburō (1750-97).
En este libro, se combinan imágenes de insectos con poemas kyōka seleccionados por Yadoya no Meshimori (Rokujuen), quien además escribió el prefacio, compuestos por los más renombrados poetas de los círculos de kyōka del momento.
Les brindo aquí algunas de las imágenes y los poemas que en ese entonces traduje al español para que puedan disfrutar al menos de fragmentos de este libro. Si desean, pueden consultar el proyecto del Museo Fitzwilliam para revisar la totalidad del texto.


Oruga velluda
ke o fuite 
kizu ya motomen
sashitsukete
kimi ga atari ni
hai-kakarinaba 


Si treparas sobre ella
sólo te daría escozor,
ya que, dice el refrán,
“¡si soplas el pelo de otro
saldrán a la luz tus propias faltas!”
 ̶ Yomo no Akara


Avispa cartonera
kowagowa ni
toru hachi no su no
anani eya
umashi otome o
mitsu no ajiwai


Como cuando llego
a la entrada de la colmena,
soy tímido al encontrarme
con una bella y joven dama
que sabe a dulce miel
 ̶ Shiriyake no Sarundo



Grillo de matorral
yona yona wa
umaoi-mushi no
ne ni zo naku
kimi ni kokoro no
hazuna nobashite 


Noche tras noche larga,
yo relincho, relincho,
cual insecto “a caballo”,
como corazón encabestrado
que se desboca hacia ti
 ̶ Karagoromo Kisshū


Ciempiés
negawakuba
kimi ga tsubaki ni
tokedoke to
tokete nebuto no
kusuri to mogana 


Si pudiera cumplir mi deseo,
estaría cerca de ti,
durmiendo sonoramente a tu lado,
para que tu saliva me derrita
y sea un bálsamo para curar furúnculos
 ̶ Shikatsube no Magao


Rana
hito zute ni
kudokedo kubi o
furu ike no
kairu no tsura e
mizuguki zo uki 


¡Qué triste! Mi carta de amor
que envió el intermediario
hizo mover su cabeza a un
“no” – como el agua hace
frente a una rana en el viejo estanque
 ̶ Yadoya no Meshimori

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