jueves, 28 de enero de 2010

La perspectiva en Japón y Asia (Parte I)


En su reciente post sobre Vistas tridimensionales en el Japón moderno (donde además del comentario crítico, se muestra un ejemplo de estas poco conocidas imágenes), Emilio García Montiel discute brevemente sobre el papel que, en la construcción de una particular visualidad moderna en el Japón de la época Meiji 明治 (1868-1912), tiene la perspectiva(1) .


Durante la segunda mitad del siglo XIX, Japón atestiguó la adopción a gran escala de esta convención que, para crear una ilusión de profundidad, se importa de Europa, anclada sobre todo en la enseñanza de la técnica de la pintura a través de las diferentes escuelas y academias de corte occidental que se fundan en el país como parte del programa modernizador (entiéndase occidentalizante) que el nuevo estado japonés lanza a través de su proyecto de Estado-Nación, y que, como Emilio comenta, intenta fomentar prácticas visuales como parte del ejercicio "civilizatorio" moderno.
Ahora, si bien es cierto que podemos ubicar en Meiji ese momento en que la perspectiva lineal, en tanto nueva forma de "ver" la profundidad, impacta in extenso a la sociedad japonesa decimonónica, ésta convención no es para nada novedosa si consideramos la historia de los circuitos de producción, distribución y consumo de imágenes en etapas anteriores a la Restauración Meiji.
A lo largo del período Tokugawa 徳川 (1603-1867; también conocido como Edo 江戸) se pueden rastrear múltiples ejemplos de pintores e ilustradores que experimentaron con elementos de la perspectiva lineal, y del claroscuro. Algunos de los ilustradores de ukiyo-e 浮世絵 más famosos de la primera mitad del siglo XIX, también se apropiaron de estos recursos que reutilizaron de diversas formas. Es particularmente interesante notar que, ilustradores como Katsushika Hokusai 葛飾北斎 (1760-1849), Utagawa Hiroshige 歌川広重 (1797-1858) o Utagawa Kuniyoshi 歌川国芳 (1797-1861), que ejercieron una influencia considerable en el japonismo europeo decimonónico, ya habían incorporado a su obra estas experimentaciones.


De hecho, no sería ligero afirmar que, no obstante el impacto ejercido sobre la cultura y prácticas visuales de Meiji por los referentes recien importados, la real "revolución" en el terreno de las imágenes comienza a tener lugar mucho tiempo antes, en concreto a finales del siglo XVIII, por cuenta de lo que significó la liberalización del conocimiento occidental que realizara en 1720 el shōgun Tokugawa Yoshimune 徳川吉宗 (1684-1751), la avalancha de libros científicos europeos, su traducción al japonés, y el desarrollo de la corriente intelectual conocida como rangaku 蘭学 (estudios holandeses; estudios europeos), ejemplos todos que nos sirven para cuestionar la ya caduca idea de que Japón estuvo "cerrado" al extranjero durante todos esos años. Por supuesto este conocimiento (con sus nuevas teorías, aparatos ópticos, e imágenes) tuvo una presencia igualmente considerable en la producción visual japonesa del XVIII, con conocidos pintores como Maruyama Ōkio 円山応挙 (1733-1795), o Shiba Kōkan 司馬江漢 (1747-1818).



Finalmente, no es tampoco esta liberalización frente a la importación de libros europeos, ni la corriente rangaku, las causantes de los primeros contactos de los japoneses con la perspectiva lineal europea. Hay que recordar que el comercio nanban 南蛮 (o de los bárbaros del sur), o sea, portugueses y españoles que se establecieron en algunas partes de Japón desde la segunda mitad del siglo XVI, trajo consigo la práctica de la pintura al óleo y el uso de la perspectiva, que sin embargo, por cuenta de las políticas oficiales anticristianas de los Tokugawa, tendió a prácticamente desaparecer con raras excepciones en algunas estampas ukiyo-e.



Concluyo esta primera parte del post sobre la perspectiva, invitándolos a que disfruten de un fragmento del rollo ilustrado Shigisan engi emaki 信貴山縁起絵巻 (Rollo ilustrado de la leyenda del monte Shigi), pintado en el siglo XII, donde podemos encontrar elementos que intentan jugar con una sensación de profundidad que nos remite directamente a la perspectiva lineal. Nos preguntamos entonces, ¿es la Europa renacentista el único sitio donde nace esta inquietud?




NOTAS
1. Agradezco a Emilio por su nota que de cierta forma "reactivó" mi producción de textos (e ideas) para este blog que se encontraba medio dormido por cuenta de (echémosle la culpa) los desajustes derivados de las fiestas decembrinas y el comienzo del año.

2 comentarios:

  1. Efectivamente, Amaury, y que bueno que destaques esto, porque la delimitación del período moderno en fecha no implica el inicio absoluto de ciertos procesos, técnicas y modos de aprendizaje que, si bien no "institucionalizados", ya tenían ejemplos o estudios. El mismo caso de la propia alfabetizaciòn y educación antes de Meiji, por ejemplo, o, para el caso de las edificaciones modernas, Saigo Takamori con la revolucion industrial en el dominio de Satsuma, para la cual ya había traido a Thomas James Waters, como constructor de fábricas y oficinas; eso, sin ir más lejos.

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  2. Así mismo es, de hecho podemos perfectamente hablar de "modernidad" o "moderno" en Japón desde la segunda mitad del siglo XVI, desde la época del país en guerra (sengoku jidai), bastante retratada en las pelis históricas de Akira Kurosawa, y a pesar de que todavía mucho libros siguen hablando en términos de "pre-moderno" para todo momento antes de Meiji, en vez de "moderno temprano". Ahí sigo en estos días con la segunda parte del post.

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