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lunes, 4 de noviembre de 2013

El "Libro de los Insectos" de Utamaro

Hace un tiempo ya, traduje al español un texto del investigador John Carpenter sobre los procesos de digitalización en las humanidades, en específico el arte japonés, donde comentaba sobre el proyecto digital de las colecciones del Museo Fitzwilliam en Cambridge. Para ilustrar el trabajo con esta colección, él utiliza varios ejemplos del libro de Kitagawa Utamaro Ehon mushi erami (El libro de las criaturas rastreras), publicado en 1788 por el editor Tsutaya Jūzaburō (1750-97).
En este libro, se combinan imágenes de insectos con poemas kyōka seleccionados por Yadoya no Meshimori (Rokujuen), quien además escribió el prefacio, compuestos por los más renombrados poetas de los círculos de kyōka del momento.
Les brindo aquí algunas de las imágenes y los poemas que en ese entonces traduje al español para que puedan disfrutar al menos de fragmentos de este libro. Si desean, pueden consultar el proyecto del Museo Fitzwilliam para revisar la totalidad del texto.


Oruga velluda
ke o fuite 
kizu ya motomen
sashitsukete
kimi ga atari ni
hai-kakarinaba 


Si treparas sobre ella
sólo te daría escozor,
ya que, dice el refrán,
“¡si soplas el pelo de otro
saldrán a la luz tus propias faltas!”
 ̶ Yomo no Akara


Avispa cartonera
kowagowa ni
toru hachi no su no
anani eya
umashi otome o
mitsu no ajiwai


Como cuando llego
a la entrada de la colmena,
soy tímido al encontrarme
con una bella y joven dama
que sabe a dulce miel
 ̶ Shiriyake no Sarundo



Grillo de matorral
yona yona wa
umaoi-mushi no
ne ni zo naku
kimi ni kokoro no
hazuna nobashite 


Noche tras noche larga,
yo relincho, relincho,
cual insecto “a caballo”,
como corazón encabestrado
que se desboca hacia ti
 ̶ Karagoromo Kisshū


Ciempiés
negawakuba
kimi ga tsubaki ni
tokedoke to
tokete nebuto no
kusuri to mogana 


Si pudiera cumplir mi deseo,
estaría cerca de ti,
durmiendo sonoramente a tu lado,
para que tu saliva me derrita
y sea un bálsamo para curar furúnculos
 ̶ Shikatsube no Magao


Rana
hito zute ni
kudokedo kubi o
furu ike no
kairu no tsura e
mizuguki zo uki 


¡Qué triste! Mi carta de amor
que envió el intermediario
hizo mover su cabeza a un
“no” – como el agua hace
frente a una rana en el viejo estanque
 ̶ Yadoya no Meshimori

domingo, 10 de marzo de 2013

El ukiyo-e y el cine japonés II (Hokusai)

El segundo texto de esta serie (habíamos publicado ya otra entrada sobre Utamaro) estará dedicado al ilustrador Katsushika Hokusai 葛飾北斎 (1760-1849) y al filme de Shindō Kaneto 新藤兼人 Hokusai manga, también conocida en Occidente como Edo porn.

Hokusai manga 北斎漫画 (Bocetos de Hokusai)
Director: Shindō Kaneto 新藤兼人
Producida por: Shōchiku Eiga 松竹映画, 1981

Este es un filme biográfico que narra la vida de Hokusai y su lucha por convertirse en un artista reconocido. La historia comienza desde que Hokusai era joven y pobre, y va mostrando no sólo sus logros en el mundo de la ilustración ukiyo-e, sino también sus relaciones con diferentes intelectuales de la época, como el escritor Kyokutei Bakin 曲亭馬琴 (1767-1848), que se convierte en su amigo personal y lo apoya en su carrera. Además, otros aspectos importantes en la historia del filme son sus relaciones con su hija Ōi お栄, quien fue un puntal importante en su vida y quien además tiene una obra pictórica y gráfica sobre la que también comentamos hace ya un tiempo, a propósito de un documental en torno a ella producido por la televisión japonesa.

Aspectos importantes de su vida creativa, son núcleos dramáticos claves a lo largo del filme. En particular  tres de ellos son seleccionados por el director como puntos de giros en la película. Estos son: sus famosas estampas sobre las 36 vistas del monte Fuji (Fugaku Sanjūrokkei 富嶽三十六景), creadas entre 1826 y 1833, su libro de esbozos Bocetos de Hokusai (Hokusai manga 北斎漫画), producido entre 1814 y 1878 en 15 volúmenes, y parte de su obra erótica, sobre todo la ilustración de la Buza y el pulpo (Ama to tako 海女と蛸), que se publicó como parte del libro erótico ilustrado El genuino y experto veterano al encuentro del virtuoso deleite (Kinoe no komatsu 喜能会之故真通), en 1814.



El conjunto de volúmenes dedicado a reunir los bocetos y apuntes visuales de Hokusai, y que se conoce como Hokusai manga, es precisamente el que le da nombre a esta película. A pesar de que erróneamente muchas veces hoy se les asocia (por cuenta de la palabra manga en su nombre) con la producción contemporánea de comics, estos libros reúnen los diferentes esbozos y estudios que fue compilando Hokusai a lo largo de su vida, y que muchas veces utilizó para su obra. También concibió varios de los volúmenes de este libro como fuentes para el estudio de movimientos del cuerpo, gestos faciales, ejercicios de composición, así como también animales, objetos, seres sobrenaturales o personas desempeñando actividades cotidianas. Por otro lado, otra de las funciones implícitas en esta obra de Hokusai es la educativa; el pensar esta antología de bocetos como un manual para sus discípulos, un funpon 粉本 (libro de notas), y que fue bastante común en la tradición de la enseñanza pictórica basada en el binomio maestro-discípulo(1).


A pesar de todos los aspectos de la vida de Hokusai que muestra el filme, hay una escena por la que mayormente es recordado, y es el momento en que concibe y crea la famosa imagen de una mujer buzo teniendo sexo con dos pulpos. Esta escena no sólo fue la base para algunos de los posters de la película, sino que incluso, en la versión para público de habla inglesa, el título con el que se distribuyó la película fue Edo porn, marcando justo este aspecto en detrimento del resto de la historia (aunque para ser honestos, los amoríos y las preocupaciones sobre estos por parte del protagonista, son uno de los ingredientes más activos en el filme).




En los trailers que se produjeron sobre el filme vemos también estas dos vertientes. Mientras el primero es más general en torno a la película, el segundo (sobre todo en su primera parte) enfatiza la escena de la mujer con el pulpo.



Incluyo también aquí, para nuestros lectores, referencias a cuatro de las investigaciones y catálogos más importantes que se han escrito sobre la vida y obra de Katsushika Hokusai en los últimos años. De entre todos los ilustradores del mundo del ukiyo, Hokusai es quizás del que más se produce, por lo que las referencias que les pongo aquí son de aquellos estudios que considero relevantes. Además de libros generales sobre su vida y obra, he incluido otros que se concentran en algún título específico de su producción.

Matthi Forrer
Prestel, 2009
220 páginas







John T. Carpenter, ed.
Brill, 2005
357 páginas








Richard J. Lane
E.P. Dutton, 1989
320 páginas







Henry D. Smith, ed.
George Braziller, 1989
224 páginas







Katsushika Hokusai
PIE International, 2011
696 páginas








Katsushika Hokusai
Seigensha, 2011
900 páginas









NOTAS
1. Sobre la tradición del funpon, y el aprendizaje en los talleres pictóricos, les recomiendo mucho el libro editado por Brenda Jordan, Copying the master and stealing his secrets: Talent and training in Japanese painting (University of Hawaii Press, 2003).

viernes, 1 de febrero de 2013

La técnica de la xilografía japonesa 2

Mientras buscaba materiales audiovisuales interesantes para complementar un antiguo post sobre la técnica de la xilografía japonesa, encontré en YouTube un corto en video del Maestro Ichimura 市村先生, quien es uno de los pocos impresores tradicionales japoneses que mantienen viva la técnica del ukiyo-e. Ichimura-sensei, quien vive en la ciudad de Kioto, nos dió una entrevista en el año 2004 que reprodujimos íntegra en este blog hace ya unos meses.
Este video, al parecer, fue grabado un tiempo antes de la entrevista que le hice en su taller.



A continuación quisiera compartirles una serie de cortos sobre diferentes aspectos de la manufactura del ukiyo-e. A pesar de que hoy día las pocas personas que se dedican a esta labor realizan una buena parte del proceso, en sus variadas fases, en el periodo Edo cada una de estas etapas eran llevadas a cabo por diferentes talleres, y por distintas personas en cada uno de esos talleres, por lo que insisto en la necesidad de tener presente a estas piezas como un trabajo colectivo.
Estos videos muestran el trabajo del grabador e impresor David Bull, quien reside en la ciudad de Tokio y que posee un muy interesante sitio web sobre la estampa japonesa y su técnica. Espero que los disfruten.

















domingo, 14 de agosto de 2011

El ukiyo-e y el cine japonés I (Utamaro)

He estado revisando varias fuentes (internet entre ellas) y prácticamente no se han producido películas con temas vinculados a los ilustradores y editores de ukiyo-e del período Edo. Como era lógico suponer, todas las que me ha sido posible localizar son filmes japoneses. Aún así, únicamente he encontrado cuatro (hasta donde conozco ninguna de ellas ha sido proyectada públicamente de este lado del Pacífico/Atlántico) y las quiero compartir con ustedes aquí, en una serie de posts dedicados a ellas y a los ilustradores a que se refieren. Esta nota de hoy va centrada en la figura del conocido ilustrador y pintor del siglo XVIII Kitagawa Utamaro 喜多川歌麿 (1753-1806).

Utamaro wo meguru gonin no onna 歌麿をめぐる五人の女 (Utamaro y sus cinco mujeres)
Director: Mizoguchi Kenji 溝口健二
Producida por: Shōchiku Eiga 松竹映画, 1946

La película, que narra la ficticia relación del artista Utamaro y cinco mujeres que supuestamente interactuaron con él, es una de las primeras producciones fílmicas japonesas que se realizaron durante los años de la ocupación norteamericana en Japón, y que pasaron lícitamente el aparato de censura de medios implantado por la administración estadounidense de posguerra.
En la trama del filme, estas mujeres -algunas de ellas parte de los circuitos de comercio sexual de fines del siglo XVIII como fue Yoshiwara 吉原- funcionan como catalizadores del trabajo del ilustrador quien se encontraba en una especie de bloqueo creativo.
Sabido es que Utamaro, así como muchos otros artistas, intelectuales y hombres de negocio de fines del siglo XVIII frecuentaban estas zonas de la ciudad (yūkaku 遊郭 o kuruwa 廓, como se les conocía) donde se concentraban parte importante de los establecimientos de prostitución de entonces, y que funcionaban también como espacios de interacción cultural y social, más allá de las actividades específicas que brindaban y para las que estaban ideados.
Utamaro, al igual que el propio Mizoguchi, centró buena parte de su producción visual en la representación de la mujer. De hecho, es quizás el más conocido e importante pintor e ilustrador del género bijin-ga 美人画 (imágenes de mujeres bellas), que populariza no sólo a partir de retratar a las prostitutas más famosas del momento, sino a mujeres del común también, provenientes de casi todos los ámbitos sociales del momento.
De hecho, hay una escena en la película que quisiera destacar, y que está evidentemente basada en una de sus imágenes más célebres y también mejor vendidas en el mercado hoy día, las pescadoras de abulón (awabi 鮑 en japonés), quienes fueron muy reiteradas en el imaginario popular masculino por cuenta de su aparente belleza y de que realizaban su trabajo semidesnudas, situación que es retratada en el filme (véanse los dos fotogramas siguientes) cuando el extasiado Utamaro se pone a esbozar notas y le pide a su anfitrión que lleve a una de ellas a su habitación para poder pintarla.










En varias ocasiones (como se muestra a continuación) en la obra de Utamaro aparece este tema, al que también le dedica espacio en su producción erótica (shunga), siendo una de las estampas más famosas la que incluye en su álbum Utamakura 歌枕, de la que no sólo es deudor el nombre de este Blog (Los apetitos de la buza), sino también el primer post que escribimos para él.


Incluyo también aquí, para nuestros lectores, referencias a cuatro de las investigaciones y catálogos más importantes que se han escrito sobre la vida y obra de Kitagawa Utamaro en los últimos años. De entre ellos, recomiendo altamente la investigación que realizó Julie Nelson Davis y que brinda uno de los acercamientos más originales y actualizados del artista.

Asano Shugo & Timothy Clark
British Museum Press, 1995
556 páginas

Julie Nelson Davis
University of Hawaii Press, 2008
296 páginas

Gina Collia-Suzuki
Nezu Press, 2008
208 páginas

Gina Collia-Suzuki
Nezu Press, 2009
612 páginas   


   

miércoles, 3 de agosto de 2011

La hija de Hokusai - o recomenzando el blog...

Año interesante este 2011 en muchos aspectos, pero por diversas razones profesionales y sobre todo personales, me he alejado un tanto del trabajo con este blog, al que he abandonado un poco - o bastante -, bajo pretexto de "aclarar" unas cuantas cosas en mi cabeza. Afortunadamente, como ya muchas de ellas se "despejaron", otras seguirán oscuras (ya me da igual), y he visto, acumulado y anotado un montón de ideas y de información interesante para los que leemos este espacio, puedo asegurar que estaré semanalmente posteando materiales sobre los temas que nos interesan.
Para este breve post de hoy, me pareció interesante facilitarles los links a un documental de la televisión japonesa sobre Ōi お栄, la hija del famoso ilustrador y pintor de ukiyo-e, Katsushika Hokusai 葛飾北斎, a quien no sólo se le atribuyen muchas de las obras hasta el momento pensadas como de Hokusai, sino también una parte importante de la producción de shunga también atribuida a Hokusai. De más está decir que es una de las pocas artistas mujeres de las que se conoce de su existencia, y de la que sólo recientemente se ha comenzado un proceso de documentación e investigación (aún precaria) de su vida y obra.
Lamentablemente, para aquellos que no manejan la lengua, el documental se encuentra completamente en japonés. Sin embargo, me sigue pareciendo importante postearlo aquí, ya que considero que es un material informativo significativo para todos aquellos que nos dedicamos a, e interesa, la producción visual japonesa, sobre todo aquella realizada durante el siglo XIX.
El documental está dividido en siete partes que incluyo íntegras a continuación.
Espero que lo disfruten.















jueves, 28 de enero de 2010

La perspectiva en Japón y Asia (Parte I)


En su reciente post sobre Vistas tridimensionales en el Japón moderno (donde además del comentario crítico, se muestra un ejemplo de estas poco conocidas imágenes), Emilio García Montiel discute brevemente sobre el papel que, en la construcción de una particular visualidad moderna en el Japón de la época Meiji 明治 (1868-1912), tiene la perspectiva(1) .


Durante la segunda mitad del siglo XIX, Japón atestiguó la adopción a gran escala de esta convención que, para crear una ilusión de profundidad, se importa de Europa, anclada sobre todo en la enseñanza de la técnica de la pintura a través de las diferentes escuelas y academias de corte occidental que se fundan en el país como parte del programa modernizador (entiéndase occidentalizante) que el nuevo estado japonés lanza a través de su proyecto de Estado-Nación, y que, como Emilio comenta, intenta fomentar prácticas visuales como parte del ejercicio "civilizatorio" moderno.
Ahora, si bien es cierto que podemos ubicar en Meiji ese momento en que la perspectiva lineal, en tanto nueva forma de "ver" la profundidad, impacta in extenso a la sociedad japonesa decimonónica, ésta convención no es para nada novedosa si consideramos la historia de los circuitos de producción, distribución y consumo de imágenes en etapas anteriores a la Restauración Meiji.
A lo largo del período Tokugawa 徳川 (1603-1867; también conocido como Edo 江戸) se pueden rastrear múltiples ejemplos de pintores e ilustradores que experimentaron con elementos de la perspectiva lineal, y del claroscuro. Algunos de los ilustradores de ukiyo-e 浮世絵 más famosos de la primera mitad del siglo XIX, también se apropiaron de estos recursos que reutilizaron de diversas formas. Es particularmente interesante notar que, ilustradores como Katsushika Hokusai 葛飾北斎 (1760-1849), Utagawa Hiroshige 歌川広重 (1797-1858) o Utagawa Kuniyoshi 歌川国芳 (1797-1861), que ejercieron una influencia considerable en el japonismo europeo decimonónico, ya habían incorporado a su obra estas experimentaciones.


De hecho, no sería ligero afirmar que, no obstante el impacto ejercido sobre la cultura y prácticas visuales de Meiji por los referentes recien importados, la real "revolución" en el terreno de las imágenes comienza a tener lugar mucho tiempo antes, en concreto a finales del siglo XVIII, por cuenta de lo que significó la liberalización del conocimiento occidental que realizara en 1720 el shōgun Tokugawa Yoshimune 徳川吉宗 (1684-1751), la avalancha de libros científicos europeos, su traducción al japonés, y el desarrollo de la corriente intelectual conocida como rangaku 蘭学 (estudios holandeses; estudios europeos), ejemplos todos que nos sirven para cuestionar la ya caduca idea de que Japón estuvo "cerrado" al extranjero durante todos esos años. Por supuesto este conocimiento (con sus nuevas teorías, aparatos ópticos, e imágenes) tuvo una presencia igualmente considerable en la producción visual japonesa del XVIII, con conocidos pintores como Maruyama Ōkio 円山応挙 (1733-1795), o Shiba Kōkan 司馬江漢 (1747-1818).



Finalmente, no es tampoco esta liberalización frente a la importación de libros europeos, ni la corriente rangaku, las causantes de los primeros contactos de los japoneses con la perspectiva lineal europea. Hay que recordar que el comercio nanban 南蛮 (o de los bárbaros del sur), o sea, portugueses y españoles que se establecieron en algunas partes de Japón desde la segunda mitad del siglo XVI, trajo consigo la práctica de la pintura al óleo y el uso de la perspectiva, que sin embargo, por cuenta de las políticas oficiales anticristianas de los Tokugawa, tendió a prácticamente desaparecer con raras excepciones en algunas estampas ukiyo-e.



Concluyo esta primera parte del post sobre la perspectiva, invitándolos a que disfruten de un fragmento del rollo ilustrado Shigisan engi emaki 信貴山縁起絵巻 (Rollo ilustrado de la leyenda del monte Shigi), pintado en el siglo XII, donde podemos encontrar elementos que intentan jugar con una sensación de profundidad que nos remite directamente a la perspectiva lineal. Nos preguntamos entonces, ¿es la Europa renacentista el único sitio donde nace esta inquietud?




NOTAS
1. Agradezco a Emilio por su nota que de cierta forma "reactivó" mi producción de textos (e ideas) para este blog que se encontraba medio dormido por cuenta de (echémosle la culpa) los desajustes derivados de las fiestas decembrinas y el comienzo del año.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La técnica de la xilografía japonesa 1


Uno de los lectores de este blog me ha sugerido que añada algunos comentarios sobre el contexto de producción de la gráfica japonesa, que pueda complementar la lectura de la entrevista al maestro impresor Ichimura-sensei, que coloqué en días pasados.
Posteo aquí entonces un fragmento de mi libro Cultura popular y grabado en Japón, que trata precisamente sobre este proceso.
Gracias miles por la sugerencia.

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Uno de los aspectos más interesantes de estas “estampas del mundo flotante” (o ukiyo-e 浮世絵) es el que se articula alrededor de su manufactura. A diferencia del Occidente contemporáneo en el que la individualidad del artista y su autonomía frente al proceso creativo serán de los parámetros más comunes, en el Japón de la época de los Tokugawa 徳川 (1603-1867) los procedimientos para la elaboración de grabados poseían un grado de compartimentación muy elevado.

En primer lugar, cuando nos enfrentamos tanto a un original como a una reproducción en un libro o catálogo, por regla general encontramos que la autoría de estas piezas es atribuida a un sólo individuo, es decir, al e-shi 絵師 (ilustrador, quien ejecutaba el diseño de la obra). Sin embargo, la realidad era bien distinta, ya que en la realización de estos grabados participaban, como mínimo, una cantidad de cuatro personas, todas ellas maestros en su especialidad y hábiles artesanos.

El sujeto alrededor del que gira todo el proceso de manufactura de los ukiyo-e y a quien se puede considerar como el protagonista más importante en la creación de estas obras es el editor o hanmoto 版元. En primer lugar, él era quien poseía el capital para lanzar una producción de esta índole, que sin lugar a dudas, requería de una inversión inicial bastante considerable. Como hombre de negocios al fin, y tratándose de una industria con un marcado carácter comercial, era el editor quién decidía qué tipo de obra hacer, con qué formato, qué tema representar (todo esto, por supuesto, en dependencia de lo que el mercado demandara), y a qué ilustrador, a qué grabador y a qué impresor contrataría.

Además, muchas veces estos editores eran figuras que aglutinaban todo tipo de artistas e intelectuales en sus talleres, estimulaban la formación de círculos creativos con una gran vitalidad, y en muchas ocasiones las producciones xilográficas más exitosas eran consecuencia de fructíferas tertulias, matizadas con sake y a veces con una ageya 揚屋(1) como telón de fondo. Además eran ellos quienes se ocuparían con posterioridad de la distribución y venta de estos grabados.

Sigamos a continuación un ejemplo hipotético de elaboración de una de estas xilografías:

Una vez que el editor decidiera qué producir y a quiénes contratar, el diseñador o ilustrador (e-shi) pasaba a ejecutar un esbozo de la obra con pincel y tinta sobre papel de Mino 美濃紙(2) de alta calidad. Este esbozo se discutía con el editor quién daba su visto bueno final. En muchos casos este esbozo llevaba anotaciones del ilustrador sobre el fondo y los colores a utilizar. Finalmente le estampaba su firma y el logotipo del editor. A continuación se pasaba a realizar el dibujo detallado del esbozo. Algunas veces esta labor la efectuaba el mismo ilustrador, aunque en la mayoría de las ocasiones era acometida por un copista. Este dibujo final detallado o hanshita-e 版下絵 era ejecutado en tinta sobre papel delgado de Mino.

Ya lista la versión final de la obra, el editor tenía la responsabilidad de llevarla ante el censor oficial en turno (tsuki-gyōji 月行事 o e-nanushi 絵名主) quien daría su opinión sobre si la pieza podía ser publicada o no. Esta fase no incluye aquellas producciones privadas o clandestinas que como podemos suponer eludían este paso. Aprobado el dibujo, se le estampaba el sello de “aprobación” oficial que debía ser grabado en las planchas de madera.

Vencido este episodio, se pasaba a la talla del juego de planchas o tacos (hangi 版木). Este trabajo era llevado a cabo en el taller de grabación (hangi-ya 版木屋) que se decidiera contratar. El grabador, o hori-shi 彫師 pegaba el dibujo final por su parte delantera a un bloque de madera de cerezo debidamente preparado, utilizando una pasta de arroz. Con los dedos va quitando el grueso de las capas traseras del papel pegado al bloque de madera para que se transparente. Se procede entonces a tallar y desbastar el taco de madera. Esto lo hacían los aprendices de los talleres de tallado, mientras que las partes más complejas y delicadas (como las manos, los rostros y sobre todo el pelo) eran responsabilidad del maestro grabador.

Listo el taco principal, se procedía a imprimir la primera prueba o kyōgō 校合, de la que se obtenían todos los contornos de la imagen. Esta prueba se llevaba al editor quien la revisaba junto con el ilustrador. A partir de ella se marcaban las diferentes zonas de color y se tallaban las planchas para los colores. Un elemento importante en esta etapa, es el kentō 見当. El kentō (o registro) eran marcas que se grababan en el borde superior y en la esquina opuesta del taco principal y de los tacos de colores y que permitían que la hoja de papel cayera justo en el lugar exacto para que no se corrieran los colores o se montaran las zonas de color con los contornos de la imagen. Completado el juego de planchas se procedía a imprimir nuevas pruebas de cada bloque para indicarle al impresor la gradación de colores requerida.


El impresor o suri-shi 摺師, era el siguiente maestro que completaría este camino. Los pigmentos que se utilizaban en la impresión de estas xilografías eran de origen natural, y no poseían base grasa, por lo que su diluyente mayormente era agua. Este detalle, le provoca algunas dificultades al conservador actual, ya que muchos de estos colores (sobre todo los azules) se van desvaneciendo con el transcurso de los años, muy en especial si estas piezas estuvieron o están sometidas a la iluminación. Los mejores ejemplos que se conservan en la actualidad son de obras que estuvieron guardadas por muchos años y que hoy disfrutan de una adecuada política de conservación y de un eficaz trabajo museográfico.

El papel destinado a la impresión final, era confeccionado a mano y existía una multiplicidad de formatos. Estos formatos dependían de la forma en que era cortado el papel y su utilización estaba muy relacionada con la tipología para la que estaba propuesta la obra. Por lo tanto, si la pieza había sido pensada para un surimono 刷物 el formato ideal sería el chūban 中判 (aprox. 26 x 19 cm.); sin embargo, si se trataba de una de las populares estampas de mujeres de Utamaro, el formato sería el ōban 大判 (aprox. 38 x 26 cm.)(3). Otros formatos muy utilizados fueron, el hashira-e 柱絵 (aprox. 70 x 12 cm.), el ōōban 大々判 (aprox. 33 x 65 cm.), el hosoban 細判 (aprox. 33 x 16 cm.), y el aiban 間判 (aprox. 33 x 23 cm.), entre otros(4).

Una vez cortado el papel y seleccionado el formato, se humedecía este con una especie de barniz llamado dōsa 礬水, cuya función era proporcionarle una mayor resistencia al papel y además ayudar en una mejor fijación de las tintas. La aplicación de los pigmentos se realizaba con pinceles o brochas sobre las planchas en dependencia del área a cubrir. Para lograr densidad en los colores, sobre todo en el caso del negro, se recurría a varías impresiones del mismo color. Esta técnica conocida como urushi-e 漆絵 (estampas laqueadas) se utilizó mucho para tonos de negros tupidos que produjeran una apariencia de laca, y fue explotada sobre todo en las estampas de actores del kabuki 歌舞伎.

A diferencia del desarrollo de la gráfica en Occidente, en Japón no se utilizaba la prensa para la impresión de la xilografía. En su lugar se empleaba un pequeño dispositivo llamado baren 馬連, que consistía en un redondel de cuerdas que el impresor sujetaba con su mano, presionando con él la superficie trasera del papel con movimientos circulares. El orden de impresión era primeramente la plancha guía, es decir la de los contornos, y posteriormente cada uno de los colores, concluyendo en muchos casos con otra impresión final de la plancha guía. Como podemos ver, la habilidad que se requería para concluir satisfactoria y rápidamente estos pedidos(5) exigía una gran preparación y entrega por parte del impresor.

Además de estos procedimientos básicos de impresión, el hori-shi (maestro grabador) y el suri-shi (maestro impresor) también desarrollaban lo que podemos llamar como “técnicas especiales”. Estas permitían una mayor cualificación de la obra, brindándole un lujo y exquisitez en la factura que muchas veces fue también condenado por el gobierno shogunal. Estas técnicas iban desde la gradación de colores (bokashi ぼかし), los relieves o marcas de agua (karazuri 空摺), el barniz laqueado de superficie, atomizar los pigmentos para lograr efectos como la niebla, la nieva, el vapor o la humedad, y también se pulverizaba caolín, mica y polvos metálicos.

Después de todo este proceso, los grabados ya terminados iban finalmente a manos del editor, quien se encargaba de su distribución y comercialización a través de vendedores ambulantes, clientes fijos o de su propia tienda.


Estas dos imágenes muestran los diferentes momentos del proceso de manufactura de la xilografía ukiyo-e. El ilustrador, Kitagawa Utamaro 喜多川歌麿, ha sustituido por mujeres en estos dos trípticos a los trabajadores originales, quienes casi siempre eran hombres.



NOTAS
1. Especie de casa de cita, donde el cliente comía, bebía, se entretenía y se encontraba con la cortesana antes de partir al burdel.
2. Zona de Japón famosa por la producción de papel.
3. Este formato se popularizó y se convirtió en estándar a partir del año 1780.
4. Véase Genshoku ukiyo-e dai-hyakka jiten 原色浮世絵大百科事典. Vol. 3. Daishūkan, Tokio, 1980.
5. Estos pedidos, por regla general, oscilaban entre los 1000 y 5000 ejemplares.